Yo, en la luna
Salve, salve! Tenho que ver se encontro um tempo pra colocar umas fotos-hermanas por aqui. Prometo pra mim mesmo que farei isso em breve. Por enquanto, uma das minhas primeiras obras em espanhol (obras... ha-ha... veja que pretençao - nao tem til nos teclados hermanos, se nota, ¿sim?). É um texto de uma matéria chamada Taller de Escritura Creativa (Oficina de Escritura Criativa). E se nao sabe ler em espanhol, um dicionário deve resolver. Recomendo www.rae.es. Anda, deixa de preguiça e tira a bunda da cadeira!
Yo, en la luna
Estar en la luna es una obsesión histórica. Mientras yo me reducía a mi ausencia de significados, mientras yo era no más que una posibilidad, mientras yo ni siquiera sabía lo que es existir, Galileo Galilei ya existía, ¡y sí que existía! Mientras tampoco sabía Dios que iba a nacer la bisabuela de mi tatarabuela, Galilei se murió intentando probar que nosotros - nosotros que ni siquiera existíamos - no teníamos tanta importancia. No el planeta Tierra, dirección precisa donde vivió la bisabuela de mi tatarabuela, sino el Sol, a donde nadie hasta el momento pudo llegar, estaría en el centro del Universo.
Desde luego, si está tan lejos y es tan caliente ese montón de Helio que sería el centro del Universo, empezemos por la luna, que está más cerca.
Y mientras nacía mi hermano mayor - yo todavía reducido a una posibilidad -, los soviéticos enviaban a órbita a Gagarin para explorar los misterios del Universo. Pobrecito, no logró hacer lo que más tarde hizo Armstrong: cumplir, con la bandera estadounidense, la misión de estar en la luna.
"¿Estuvo?" - algunos todavía preguntan.
"San Jorge y su dragón no lo supieron" - contestan otros.
Seguramente, eso debe haber llenado de rabia la cabeza de los llamados "pueblos primitivos". ¿Desafiar a la Diosa Luna? ¡Que verguenza!
Yo nací, crecí un poco, y sigo cuestionándome sobre lo que dijo Galilei. Para decirlo, tuvo que luchar contra un orden muy bien establecido. Hoy, todos creen que aquello es la verdad. Asimismo, saben que no es posible llegar al Sol - que ya no es más el centro del Universo. Este último lo tienen como infinito. ¡Por Dios!, que manera de pensar...
Nacido, existente, pero no tan seguro de la relevancia que tengo, prefiero dejarlos decir cosas y luego contradecir lo que dijeron antes, infinitamente. Y mientras están en el espacio, en otros planetas, ¿en el Sol?, prefiero quedarme acá en mi habitación. Pensando. Yo, en la luna.
Yo, en la luna
Estar en la luna es una obsesión histórica. Mientras yo me reducía a mi ausencia de significados, mientras yo era no más que una posibilidad, mientras yo ni siquiera sabía lo que es existir, Galileo Galilei ya existía, ¡y sí que existía! Mientras tampoco sabía Dios que iba a nacer la bisabuela de mi tatarabuela, Galilei se murió intentando probar que nosotros - nosotros que ni siquiera existíamos - no teníamos tanta importancia. No el planeta Tierra, dirección precisa donde vivió la bisabuela de mi tatarabuela, sino el Sol, a donde nadie hasta el momento pudo llegar, estaría en el centro del Universo.
Desde luego, si está tan lejos y es tan caliente ese montón de Helio que sería el centro del Universo, empezemos por la luna, que está más cerca.
Y mientras nacía mi hermano mayor - yo todavía reducido a una posibilidad -, los soviéticos enviaban a órbita a Gagarin para explorar los misterios del Universo. Pobrecito, no logró hacer lo que más tarde hizo Armstrong: cumplir, con la bandera estadounidense, la misión de estar en la luna.
"¿Estuvo?" - algunos todavía preguntan.
"San Jorge y su dragón no lo supieron" - contestan otros.
Seguramente, eso debe haber llenado de rabia la cabeza de los llamados "pueblos primitivos". ¿Desafiar a la Diosa Luna? ¡Que verguenza!
Yo nací, crecí un poco, y sigo cuestionándome sobre lo que dijo Galilei. Para decirlo, tuvo que luchar contra un orden muy bien establecido. Hoy, todos creen que aquello es la verdad. Asimismo, saben que no es posible llegar al Sol - que ya no es más el centro del Universo. Este último lo tienen como infinito. ¡Por Dios!, que manera de pensar...
Nacido, existente, pero no tan seguro de la relevancia que tengo, prefiero dejarlos decir cosas y luego contradecir lo que dijeron antes, infinitamente. Y mientras están en el espacio, en otros planetas, ¿en el Sol?, prefiero quedarme acá en mi habitación. Pensando. Yo, en la luna.
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